El fenómeno del «set-jetting» o turismo cinematográfico ha dejado de ser una simple curiosidad para convertirse en el motor principal de la industria de viajes global. De cara al 2026, la tendencia de elegir destinos basados en lo que vemos en la gran pantalla y en nuestras plataformas de streaming favoritas es más fuerte que nunca. Lo que comenzó como una observación de Expedia en 2022 hoy es una realidad estadística: según el informe Unpack ’26 de Expedia Group, el interés por estos viajes ha subido un 53% respecto al año pasado. El impulso viene principalmente de los Millennials y la Generación Z, donde un impresionante 81% admite que sus planes de escape están directamente inspirados por alguna producción audiovisual.
El drama y la literatura en los valles de Yorkshire
Para quienes buscan una atmósfera romántica y cargada de historia, el condado de Yorkshire en el Reino Unido se perfila como una parada obligatoria. Esta región ha servido recientemente de escenario para nuevas versiones de «Cumbres Borrascosas» y el cierre cinematográfico de «Downton Abbey: The Grand Finale». Los paisajes de los Yorkshire Dales y el ferrocarril de los North Yorkshire Moors no son solo decorados, sino protagonistas visuales que capturan la esencia del drama británico. Al visitar la zona, resulta casi imperativo pasar por el Museo de la Parroquia de Brontë. Este espacio histórico, donde la familia vivió entre 1820 y 1861, ofrece una mirada íntima a las vidas de las tres hermanas cuya imaginación fue moldeada por este entorno salvaje y fascinante.
La Toscana como protagonista de Hollywood
Italia siempre ha sido un imán para el turismo por su arte renacentista y su gastronomía, pero ahora la Toscana está viviendo un renacimiento gracias al cine contemporáneo. En la nueva película de Noah Baumbach, «Jay Kelly», protagonizada por figuras de la talla de George Clooney y Adam Sandler, los paisajes toscanos actúan prácticamente como un personaje más de la trama. El rodaje abarcó puntos emblemáticos como Montecatini Terme y San Quirico d’Orcia, además del pintoresco pueblo de Pitigliano. Entre recorridos por olivares, catas de vino y visitas a spas termales, los viajeros tienen la oportunidad de vivir su propio momento de película mientras exploran la ruta que conecta estos escenarios con la histórica Asís.
El exotismo polinesio y el efecto Moana
Cruzando el océano hacia el Pacífico Sur, la nación de Samoa se prepara para una nueva ola de visitantes impulsada por la próxima versión «live-action» de «Moana». Aunque gran parte de la producción se realizó en Hawái y Atlanta, la esencia cultural y visual de estas islas es la que realmente inspira la aventura. Es importante no confundir este país independiente con Samoa Americana, a pesar de su cercanía geográfica. Samoa destaca por maravillas naturales como la fosa oceánica de To Sua, un agujero natural para nadar rodeado de imponentes acantilados. Para quienes decidan explorar este paraíso, una recomendación práctica es obtener una licencia de conducir temporal y alquilar un vehículo, lo que permite recorrer las playas y cascadas a un ritmo propio y con un presupuesto más controlado.
Escenarios épicos entre Croacia y Grecia
El Mediterráneo sigue siendo un bastión del cine épico y los dramas costeros. En la Costa Dálmata de Croacia, las aguas turquesas del Adriático sirven de fondo para la esperada película «People We Meet on Vacation». La ciudad de Dubrovnik, ya famosa mundialmente por ser el escenario de Desembarco del Rey en «Game of Thrones», continúa atrayendo a multitudes. Para disfrutar de esta joya medieval sin las aglomeraciones de la temporada alta, lo ideal es planear el viaje entre abril y mayo, lo que también resulta más económico para el bolsillo.
Por otro lado, la región del Peloponeso en Grecia se mantiene como el epicentro de la mitología y las grandes producciones. Recientemente, el director Christopher Nolan utilizó sus castillos antiguos y cuevas costeras para filmar «La Odisea». Este destino es perfecto para quienes buscan combinar la historia de figuras como Hércules con actividades modernas como el buceo y el senderismo en paisajes robustos. Al igual que en Croacia, visitar la zona entre marzo y finales de mayo permite conocer los yacimientos arqueológicos y las playas antes de que el calor y el turismo masivo del verano se instalen por completo.
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